jueves, 27 de marzo de 2014

Si hay tripas casero!

Pues bien, después de estar fuera de mi querido Ecuador por 6 largos meses, ¡he vuelto! Estar lejos ha hecho que me de cuenta que linda es mi patria, hasta las cosas que no me gustaban antes las he extrañado. Otras cosas si he extrañado un montón, en especial la comida.

Cabe admitir que en Perú se come rico, pero nada como la comida de tu país ya que esta tiene significado para ti, cuenta historias que te sucedieron, anécdotas que recordarás por siempre y experiencias que te formaron por como eres. Por mi parte, muchos son los platos que he extrañado tanto que no veo la hora de ir y comer hasta quedar satisfecho, un encebollado, un biche de pescado, caldo de bolas, fritada, hornado, corivches, etc.

Y si pues muchas cosas de las que extraño están en la ciudad en la que crecí, Portoviejo, pero mi avión llegó a Quito y uno de los primeros lugares en los que pensé visitar fue el parque de la Floresta, un lugar tradicional que lleva años satisfaciendo los paladares de quiteños y turistas. En este lugar se puede degustar varios platillos tradicionales como la guatita, el caldo de 31, las empanadas de viento, el morocho y, la estrella para mí, la tripa mishki. Y es que estos manjares deleitan los paladares de muchos quiteños desde mucho antes de que yo naciera en este parque, tanto así, que todos estos cocineros y cocineras se han organizado para brindar un servicio de calidad.

La oportunidad ciertamente apareció, después de una reunión con varios amigos, hable con Diana, una de mis mejores amigas y su novio, Gerónimo, de que sería bueno ir allá y comer tripas. Diana emocionada aceptó, mientras que Gerónimo, pues, nunca había probado la tripa y le llegó la hora.

El momento de la verdad llego, a la vista un paisaje rústico lleno de humo proveniente de las parrilas de las caseras, olores fuertes que llamaban la atención y una manada de gente degustando muchos platos típicos de Quito. ¿El parqueo? 2 dólar. "Venga casero que si hay tripas" frase que te hace aliviar ya que a eso es a lo que vas...


Yo siempre pienso que hay que ser un poco aventurero al momento de comer. Gerónimo no pensaba igual, pero le gusto, aunque la textura para el fue rara y no le permitió terminarse el platillo. Mejor para nosotros! Más tripas para Diana y para mí.

¿El plato? Una combinación de las tripas de res más sabrosas que puedes probar, junto con una monstruosidad de carbohidratos: mote, melloco, papa y choclo, y infaltable en el equipo el ají de maní. Rico!



En conclusión, dos personas satisfechas y uno que comió empanadas de viento. No hay nada más que hacer que rico es comer en este país!